La naturaleza es sabia, de eso no hay duda. Por ello, siempre busca la forma de preservar la vida a través de todos los seres que la habitan. Las flores no se quedan atrás en esta misión y nos enamoran con todo su despliegue de diversidad, pero ¿por qué tienen aromas y colores tan llamativos?
Función del color y aroma
Aunque a nosotras nos encantan, las flores tienen puesto el ojo en las especies polinizadoras. Por eso tienen esos colores y olores tan únicos, asegurándose su reproducción. Cada variedad de flor puede tener uno o más polinizadores, como abejas, aves ( como el colibrí) u otros insectos.
Estos pueden captar su aroma desde lejos, dándoles una idea del sabor del néctar que encontrarán. Con el fin de atraer al polinizador que más les interesa, desarrollan también unos colores u otros.
Esto explica porque acuden a cierto tipo de plantas, obviando a otras. Por ejemplo, las abejas y mariposas son atraídas por las flores de color vibrante y olor dulzón, como las rosas o las margaritas. Los colibrís, por otro lado, son unos apasionados de los iris y los lirios.
Qué determina su color
La alta concentración de pigmentos en la corola de la flor condicionará el color de la misma. Los grandes grupos de pigmentos son antocianinas y carotenoides, los pigmentos suelen combinarse dando lugar a una gran variedad de color.
Antocianinas: proporcionan el color rojo, rosa, azul y púrpura.
Carotenoides: responsables del color amarillo, rojo y naranja.
Además de atraer a los insectos encargados de polinizar, la tonalidad de los pétalos puede ser una buena pista para saber de qué tipo de flor se trata y del aroma que posiblemente tenga, ya que las flores que tienen colores muy parecidos, huelen a menudo de una forma similar.
Por qué huelen así
Las sustancias químicas, presentes de forma natural en las distintas flores y plantas, son las responsables del aroma floral que todos conocemos. Estos productos químicos son volátiles y se evaporan fácilmente; combinados en una proporción determinada crean los olores distintivos de cada especie.
Como ves, ni el color ni el aroma de las flores es casual. Los colores más vivos y llamativos cumplen la función de ser visibles desde la distancia, y generalmente cada flor, con su color y fragancia, está diseñada para atraer a un tipo de insecto concreto (destacan las abejas, responsables del 60% de la polinización mundial). Otros animales que fomentan la biodiversidad son los pájaros, pequeños roedores y murciélagos, que van llevando el polen de flor en flor y a cambio reciben alimento de la planta; el néctar de la planta y los nutrientes del polen son muy apreciados.
Lo más curioso es que una vez la planta ha sido polinizada, la flor deja de segregar ese aroma tan peculiar y tampoco produce néctar ya que focaliza toda su energía en el embrión fertilizado que se convertirá en la futura semilla.
¡Mamá naturaleza sabe cómo hacerlo para continuar con el ciclo de la vida!